El día que conocí a mi ángel

Nunca creí en los ángeles hasta que uno se cruzó en mi camino. Fue un día cualquiera, de esos que no esperas nada especial. Iba caminando por la calle, distraído con mi teléfono, cuando de repente sentí un empujón que me hizo caer al suelo. Al levantar la vista, vi un camión que se había saltado un semáforo y que se dirigía a toda velocidad hacia mí. Pensé que era el fin, que no tenía escapatoria. Pero entonces, una mano me agarró del brazo y me arrastró hacia la acera, salvándome la vida.
Me quedé atónito, sin saber qué decir. Miré a la persona que me había salvado y me quedé sin aliento. Era una mujer hermosa, de cabello rubio y ojos azules, que me sonreía con dulzura. Llevaba un vestido blanco que le hacía parecer un ángel. Me preguntó si estaba bien y me ayudó a levantarme. Le di las gracias, pero ella me dijo que no había sido nada, que solo había hecho lo que tenía que hacer. Me dijo que se llamaba Clara y que estaba de paso por la ciudad. Me preguntó si quería tomar algo con ella y yo, sin pensarlo dos veces, acepté.
Fuimos a una cafetería cercana y charlamos durante horas. Me contó que era una viajera, que le gustaba conocer lugares y personas nuevas. Me dijo que tenía un don especial, que podía sentir el peligro y ayudar a los que lo necesitaban. Me dijo que era un ángel, pero no de los que viven en el cielo, sino de los que caminan entre los humanos. Me dijo que me había visto y que había sentido una conexión conmigo, que quizás era el destino. Yo no sabía si creerla o no, pero me sentía atraído por ella, por su bondad, su belleza y su misterio.
Pasamos el día juntos, paseando por la ciudad, riendo, besándonos. Fue el día más feliz de mi vida. Pero todo lo bueno se acaba, y ella me dijo que tenía que irse, que su misión había terminado. Me dijo que me quería, que nunca me olvidaría, que tal vez nos volveríamos a ver. Me dio un último beso y se alejó, dejándome solo con mi corazón roto.
Nunca más volví a verla, ni a saber de ella. Busqué su nombre en internet, pero no encontré nada. Nadie la conocía, nadie la había visto. Era como si no existiera, como si solo hubiera sido un sueño. Pero yo sé que fue real, que ella fue mi ángel, que me salvó la vida y me enseñó el amor. Y aunque no sé si volveré a verla, siempre la llevaré en mi memoria y en mi alma.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a El día que conocí a mi ángel puedes visitar la categoría Relatos.
Deja una respuesta
Por si quieres seguir leyendo