Entrevista Estefanía Jiménez

Entrevista Estefanía Jiménez
Índice
  1. Tu libro, "El claustro", presenta a Damara, una profesora que enfrenta desafíos inesperados al volver a su antiguo colegio. ¿Podrías hablar sobre la inspiración detrás de esta historia y cómo desarrollaste el personaje de Damara?
  2. La historia parece explorar las luchas y los muros a los que se enfrenta Damara en su regreso al colegio. ¿Podrías compartir cómo abordas estos desafíos y cómo esperas que los lectores se conecten con su experiencia?
  3. El libro es descrito como una "oda a la vida" y pone en primera línea al profesorado. ¿Cuéntanos cómo buscas mostrar los aspectos más profundos y reales de la vida en el ámbito educativo?
  4. La dignidad parece ser un tema central en la trama. ¿Cómo abordas este tema en la narrativa y qué mensaje esperas transmitir a los lectores sobre la importancia de la dignidad en el contexto educativo?
  5. La profesión docente es rica en experiencias y desafíos. ¿Háblanos sobre cómo desarrollaste el trasfondo y las interacciones de los personajes secundarios para reflejar la diversidad y complejidad del mundo educativo?
  6. El proceso creativo para abordar temas tan cercanos a la realidad podría ser emocionalmente intenso. ¿Podrías compartir cómo te enfrentas a estos desafíos y cómo logras transmitir autenticidad en tus escritos?
  7. La vida docente a menudo involucra relaciones complejas con estudiantes, colegas y administración. ¿Cómo desarrollas estas dinámicas en la historia para crear una representación realista del entorno escolar?
  8. "El claustro" parece ser una historia sobre el empoderamiento y la superación. ¿Podrías hablar sobre cómo esperas que los lectores se sientan al leer sobre el viaje de Damara y cómo podría impactar en su percepción de la educación?
  9. Como autora, ¿cuál es el mensaje central que esperas que los lectores se lleven después de leer "El claustro” y cómo deseas que esta historia contribuya a la conversación en torno a la dignidad y la realidad del profesorado?
  10. Para finalizar ¿algo que quieras decir?

Tu libro, "El claustro", presenta a Damara, una profesora que enfrenta desafíos inesperados al volver a su antiguo colegio. ¿Podrías hablar sobre la inspiración detrás de esta historia y cómo desarrollaste el personaje de Damara?

Sin duda, la historia está inspirada en mi propia experiencia. Estuve escolarizada en el mismo colegio desde los tres hasta los catorce años y allí pasé una infancia y pubertad de las que conservo muy buenos recuerdos. Volví a ese colegio a los veinticuatro, ya adulta, para trabajar como profesora de Lengua castellana y Literatura. El personaje de Damara surge justo ahí, del enfrentamiento entre la realidad que encontré y los recuerdos que conservaba de ese centro, de lo diferente que puede llegar a ser un claustro de profesores delante y detrás del telón. La inspiración para escribir mi historia la encontré en los trece años que estuve trabajando en ese colegio.

La historia parece explorar las luchas y los muros a los que se enfrenta Damara en su regreso al colegio. ¿Podrías compartir cómo abordas estos desafíos y cómo esperas que los lectores se conecten con su experiencia?

Damara llega al Colegio Santa Clara con una ilusión desbordante por su trabajo y por reencontrarse con Aurora Altolaguirre, su profesora más querida de la infancia, la que le inculcó en sus clases la pasión por la literatura. Sin embargo, Aurora ya no trabaja en el colegio. Todos evitan hablar de ella y pronunciar su nombre supone una amenaza. Ese es el primer muro al que se enfrenta la protagonista, descubrir qué pasó con Aurora y por qué una profesora a la que todos los alumnos amaban desapareció del colegio sin despedirse de nadie. Ese es el hilo conductor de la historia y creo que los lectores pueden conectar con la protagonista por dos razones: la primera, porque todos hemos tenido un profesor que nos ha marcado o que nos hizo disfrutar en sus clases por la pasión que sentía hacia su asignatura. La segunda, porque la Damara adulta se enfrenta a una compañera de trabajo, Luisa Espinosa, que representa el ambiente de trabajo hostil. Creo que la mayoría de lectores han vivido la experiencia de ir a trabajar y tener que lidiar con un compañero que te habla mal, te descalifica o, simplemente, le molesta tu forma de hacer las cosas constantemente. Creo que ahí está la conexión que también pueden sentir los lectores con nuestra protagonista.

El libro es descrito como una "oda a la vida" y pone en primera línea al profesorado. ¿Cuéntanos cómo buscas mostrar los aspectos más profundos y reales de la vida en el ámbito educativo?

Efectivamente, la mayoría de los personajes de la novela son profesores y cada uno de ellos representa no solo un tipo de profesor, sino también un perfil de trabajador, de compañero o, incluso, me atrevería a decir, que de persona. Damara y Aurora encarnan a los profesores que aman su trabajo y cada una de ellas representa ese amor en dos momentos muy distintos de la vida: Damara es la pasión de la juventud, es frescura e inexperiencia, está llena de ganas. Cuando empecé a dar clases con veinticuatro años, tuve que enfrentarme a muchos compañeros que me aseguraban que todo lo que sentía por mi trabajo se debía precisamente a eso, a mi juventud. Algunos, incluso, me decían que “ya me quemaría de la profesión con el tiempo”. Ahora que tengo cuarenta sigo sintiendo la misma pasión o más por lo que hago, así que he comprobado que esa pasión no tiene por qué desgastarse con el tiempo. Aurora Altolaguirre representa ese entusiasmo por tu trabajo que no ha sido devastado por el paso de los años.

En la novela también aparecen otros tipos de profesores: el que pasa de todo, el que solo aspira al poder, el que alza la voz, el que traga cualquier cosa con tal de no perder su trabajo… En fin, nada que no te encuentres en la vida real.

La dignidad parece ser un tema central en la trama. ¿Cómo abordas este tema en la narrativa y qué mensaje esperas transmitir a los lectores sobre la importancia de la dignidad en el contexto educativo?

En la novela, la dignidad se relaciona directamente con otro tema: la libertad. Creo que es muy importante para sentirte libre serle fiel a tus principios y actuar acorde a ellos. En El claustro reflexiono mucho sobre todo esto y planteo la cara más dura de esa fidelidad, que no es otra que el sufrimiento que a veces va ligado a la honestidad. En el ámbito educativo es importante que existan valores y que los profesores actúen conforme a ellos, tanto con el alumnado como con los compañeros. Somos un referente y no podemos permitirnos incongruencias entre lo que decimos que somos y lo que somos realmente.

La profesión docente es rica en experiencias y desafíos. ¿Háblanos sobre cómo desarrollaste el trasfondo y las interacciones de los personajes secundarios para reflejar la diversidad y complejidad del mundo educativo?

Cualquiera que haya estado en un aula enseguida verá que El claustro está lleno de escenas, diálogos y detalles que encontramos en cualquier centro educativo. Yo he echado mano de mi experiencia, de los trece años que estuve en el mismo centro, eso no lo puedo negar. Pero no me he limitado a traducir vivencias personales para relatar una historia, sino que, de muchas experiencias vividas, he extraído un sentimiento como denominador común y, a partir de él, he ido tejiendo la trama. Con los personajes he hecho exactamente lo mismo. Cada uno de ellos está configurado a partir de los rasgos de hasta tres o cuatro personas reales al mismo tiempo.

El proceso creativo para abordar temas tan cercanos a la realidad podría ser emocionalmente intenso. ¿Podrías compartir cómo te enfrentas a estos desafíos y cómo logras transmitir autenticidad en tus escritos?

Escribir El claustro ha sido duro, no lo puedo negar y tampoco sé si se podía evitar. Demasiada implicación personal y demasiados momentos que he tenido que volver a vivir para escribirlos. He estado diez años inmersa en esta novela y ha sido necesaria más de una pausa a lo largo del proceso. Pero, al final, la literatura es terapéutica y te permite transformar una experiencia dolorosa en un diálogo con tus lectores. Por eso hago uso de un lenguaje sencillo, coloquial y accesible a todo el mundo, porque creo que es la herramienta que más nos acerca unos a otros.

La vida docente a menudo involucra relaciones complejas con estudiantes, colegas y administración. ¿Cómo desarrollas estas dinámicas en la historia para crear una representación realista del entorno escolar?

Creo que esas relaciones que aparecen en la novela entre estudiantes, compañeros y “los de arriba” se puede trasladar a cualquier profesión, empresa o ámbito laboral. De hecho, algunos lectores que no pertenecen al ámbito educativo me han confesado que se han sentido estrechamente identificados con el comportamiento de algunos personajes y con muchas escenas de la novela. Quizás sea porque no somos tan diferentes los unos de los otros y mi experiencia es más común de lo que parece. En los centros educativos te encuentras todo lo que te puedas encontrar en cualquier empresa: gente trasparente, gente involucrada, gente leal, pero también trepas, manipuladores, hipócritas y jefes que no velan por el bienestar de sus empleados. La administración o “los de arriba” no siempre apoyan a las personas adecuadas.

"El claustro" parece ser una historia sobre el empoderamiento y la superación. ¿Podrías hablar sobre cómo esperas que los lectores se sientan al leer sobre el viaje de Damara y cómo podría impactar en su percepción de la educación?

Efectivamente, han definido mi novela como “una oda a la vida” y así es. El mensaje central es claro: hay que luchar y merece la pena vivir, a pesar de todas las adversidades que te encuentras en el camino y a pesar de que existan momentos en que desees abandonarlo todo. Damara es un ejemplo explícito de eso, junto a otros personajes de la novela.

Respecto a su percepción por parte del mundo educativo, creo que la novela aborda temas a los que no estamos acostumbrados. En los medios de comunicación siempre aparecen temas relacionados con los centros educativos que se centran en el alumnado (fracaso escolar, conflictos, etc.). Y eso es de lo que habla la gente, al final. Sin embargo, en la novela me centro más en los conflictos que pueden existir entre el profesorado y en otros temas que les afectan directamente a ellos.

Como autora, ¿cuál es el mensaje central que esperas que los lectores se lleven después de leer "El claustro” y cómo deseas que esta historia contribuya a la conversación en torno a la dignidad y la realidad del profesorado?

A mí me encantaría que cualquier lector se sintiera identificado con algún fragmento de la novela, por breve que sea. Que se encuentre entre sus líneas, aunque sea en una pequeña reflexión, escena o diálogo. Siempre he escrito por y para eso, para expresar lo que llevo dentro, pero, sobre todo, para encontrarme con alguien a través de las palabras. Ese fue el motivo por el que yo empecé a leer de pequeña y es el motivo por el que empecé a escribir, también. En cuanto a los profes, el mensaje que les lanza la novela también es bastante claro: trabajad con pasión, independientemente de los obstáculos que os encontréis en el camino. No dejéis de sentiros libres y alzad la voz siempre que sea necesario. Nuestro trabajo es demasiado valioso como para permitir que alguien nos lo infravalore.

Para finalizar ¿algo que quieras decir?

Sí. Si la novela ayuda a una sola persona a seguir adelante, ya habrá valido la pena.

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