Entrevista Alejandro Miranda

- Víctor: La venganza de la Reina Malvada ofrece una visión alternativa de los cuentos de hadas, especialmente la historia de Blancanieves. ¿Qué te inspiró a reinterpretar estos cuentos clásicos y a centrarte en el personaje de la Reina Malvada?
- La descripción de tu libro sugiere la presencia de diversos elementos fantásticos, desde torres solitarias hasta ogros y hadas. ¿Cómo desarrollaste este mundo de fantasía y qué desafíos enfrentaste al crear un universo tan diverso?
- ¿Qué te llevó a adoptar un enfoque más oscuro y retorcido de los cuentos de hadas en tu novela?
- El personaje principal, Víctor van Ghoul, parece ser una reinterpretación del personaje de la Reina Malvada. ¿Cómo construiste este personaje y qué aspectos de su historia personal exploras en tu libro?
- ¿Qué aspectos de la historia de Blancanieves y otros cuentos de hadas clásicos cuestionas o subviertes en tu novela?
- ¿Cuál fue tu proceso creativo al escribir esta primera aventura de la saga? ¿Cómo equilibraste la familiaridad de los cuentos de hadas con tu propia visión y creatividad?
- ¿Qué importancia tiene el tema de la venganza en la historia de Víctor y cómo lo exploras a lo largo de la trama?
- ¿Cómo abordas la construcción de personajes en tu novela, especialmente en lo que respecta a los roles tradicionales de los cuentos de hadas?
- ¿Qué esperas que los lectores experimenten o aprendan después de leer Víctor: La venganza de la Reina Malvada?
- Para finalizar ¿algo que quieras decir?
Víctor: La venganza de la Reina Malvada ofrece una visión alternativa de los cuentos de hadas, especialmente la historia de Blancanieves. ¿Qué te inspiró a reinterpretar estos cuentos clásicos y a centrarte en el personaje de la Reina Malvada?
Víctor, tanto obra como personaje, así con todos los elementos que entraman la composición literaria, tuvo mucho trabajo detrás de inspiración, desde el mundo de la animación y el literario.
Lo que me inspiró para llevarlo a cabo fue la búsqueda constante de encontrar un espacio para dar cabida a mi voz artística dentro del océano que es el mercado literario. Además, desde que tengo memoria, siempre he albergado un profundo interés, amor, por los cuentos tradicionales —llega hasta el punto de que se ha convertido en uno de los pilares de mi investigación académica pues se relaciona con ellos y me fascina su lectura—, y tenía el deseo de explorar esta posibilidad, que empezó como una obra de teatro en la que el villano, Raphael, antes de ser conocido como Víctor, era una suerte de ángel caído y había ya elementos, como el espejo o Hansel y Gretel como caza recompensas.
Por otra parte, la Reina Malvada es icónica. Su motivación y desarrollo se la simplifica y me gustaba el hecho de poder profundizar en una historia innovadora, donde fuera un varón cis de aspecto andrógino, buscando entender qué le llevó a cometer tantos actos atroces. Esperaba desafiar de esta manera percepciones preconcebidas de los lectores y ofrecer una visión más matizada y humana de este personaje, junto con otros tan populares como el Hada Azul o Caperucita.
Por último, examinar el concepto de la venganza desde este prisma me llamó la atención. Se convirtió, pues, en la piedra angular de esta novela y consiguió que cada una de los tres libros que constituyen la saga tuviera la suya propia, creando así una amalgama interesante en la confección del relato. Con este fin, he encontrado que ha conseguido resonar en los lectores y ellos mismos son los que me cuentan, nunca mejor dicho, que reconsideran lo que creían saber sobre las hadas, las brujas y todo lo relacionado con los cuentos. Y tendrán el placer de seguir así con los dos títulos siguientes. Os adelanto que el segundo ya está en proceso de corrección y de ilustración y el tercero cuenta ya con un borrador casi definitivo, ¡pero dependo de otras cosas!
La descripción de tu libro sugiere la presencia de diversos elementos fantásticos, desde torres solitarias hasta ogros y hadas. ¿Cómo desarrollaste este mundo de fantasía y qué desafíos enfrentaste al crear un universo tan diverso?
No ha sido nada fácil, sinceramente. Encontrar el equilibrio para meter tantos cuentos, ¡y tan famosos!, en una historia que esté bien cohesionada y sea atractiva me costó mucho.
El desarrollo se compone en, sobre todo, crear personajes que si bien parten de historias que todos conocemos, sean innovadoras o parezcan nuevas. Por ejemplo, contamos con la hechicera, aunque en el original es un hada, de La Bella Durmiente que fue una médica y boticaria y su vida está vinculada no solo al Hada Azul, la que vimos en Pinocho, sino también a una bruja, la Bruja Contratista, que le robaba la belleza a las ondinas y a una le dio piernas a cambio de su voz. ¡Imagino que os sonará! Por otra parte, también puede encontrarse en un mismo personaje a dos cuentos. ¡Hasta aquí puedo decir si no queréis que os haga un spoiler!
Aparte de estos personajes y cuyas vidas pueden suscitar interés a los lectores, tenía que crear un mundo donde se desarrollase su historia. Uno vivo, extenso y variado. La esencia misma de Vórtice, no solo para mí sino para los nuevos victorianos, que es así como llamo a la pequeña comunidad que tengo, es la diversidad. No concibo a este planeta sin serlo y el enemigo es aquello que busca lo homogéneo. Por eso, y aquí os traigo un pequeño adelanto, lo que siempre consideramos puro y luminoso o bueno no siempre resulta lo que aparenta.
Por tanto hay que contar una microhistoria y esta es la de la guerra entre ogros, hadas y hechiceras, con su correspondiente trama política, cultural y mágica. El poder de una hechicera no solo depende de ella, sino de la extensión de territorio que gobierna, por eso eran tachadas como lunáticas o peligrosas gobernantes como la reina Morgause. El conflicto subyacente era que las hadas necesitan de los humanos para que su poder no desaparezca y de la cantidad de terreno a su alcance, así que esto está servido.
En cuanto a los ogros: suponen un elemento divergente pues son inmunes a la magia. Entonces, claro, ¿cómo una criatura como esa puede vivir en un entorno donde este elemento está en todas partes? ¡Hasta en el aire que se respira! Pues ese fue su gran quebradero de cabeza —y para mí, sinceramente—.
Esta guerra se remonta al siglo XIV, muy parecido al nuestro en la Europa de la Alta Edad Media, y concluye hasta casi bien entrado el 1700 y pico. Por consiguiente, su regreso a un mundo todavía en recuperación es llamativo pues aquí se trae a la palestra los cambios que ha supuesto, como son la Revolución Industrial o la ruptura del molde social hasta entonces invicto que Víctor viene a romper, tanto por su ideología como por ser lo que es: un hombre cis-gay —si bien hay quien me ha señalado más la bisexualidad— y andrógino. Ya podemos adivinar qué suscita.
¿Qué te llevó a adoptar un enfoque más oscuro y retorcido de los cuentos de hadas en tu novela?
No te sabría dar una respuesta clara al respecto. Te confieso que, desde niño, la atmósfera oscura, gótica y decimonónica siempre me ha cautivado, como las obras más clásicas de Burton. También han hecho mella mis lecturas: LeGuin con su Terramar, Wynne-Jones y su increíble Howl y Sophie, Gallego García en su casi total producción, de Asbaje para impulsarme a hacer una escritura más inclusiva con perspectiva de género, sobre todo con su Sátira filosófica; el universo al completo de Gaiman, Cadalso con su Noches lúgubres —¡lo recomiendo mucho!—, Espronceda en Diablo mundo, los relatos sobrenaturales de del Alarcón como “El amigo de la Muerte” o la metaficción inspirada en el Quijote o la consciencia de la fugacidad de todo con La vida es sueño. ¡Y me quedo corto, de corazón te lo digo!
Por la parte fílmica, como buen millennial, crecí con la época dorada y de renacimiento de Disney, por lo que no puedo negar su influencia en mí. De hecho, como ilustrador, faceta que llevo cultivando desde que me alcanza la memoria —de hecho recuerdo estar dibujando a Úrsula de La Sirenita en un listín telefónico cuando niño—, por observaciones de personas con las que interactúo en redes, especialmente Instagram, me han comentado que es una combinación entre ese estilo clásico y de cómic americano. No voy a engañar que me siento muy halagado.
Por último, me he sentido siempre muy atraído por las versiones originales. Me gusta ese toque y he querido plasmarlo en Vórtice, ya que desde hacía años buscaba el lugar idóneo para dar mi voz y este es.
El personaje principal, Víctor van Ghoul, parece ser una reinterpretación del personaje de la Reina Malvada. ¿Cómo construiste este personaje y qué aspectos de su historia personal exploras en tu libro?
Al principio no fue fácil, aunque sí tenía claro que sería una reinversión e invertiría a la hechicera villana.
El periplo de Víctor comenzó partiendo de la figura mítica del ángel caído, un ser de luz que es arrastrado por las circunstancias a hacer el mal. De hecho, se llamaba “Raphael” precisamente por esto. Desde su trono, gobernaba Rocaoscura y buscaba dar caza a la princesa Bianca usando su espejo mágico y cualquier otro recurso a su disposición.
A partir de mis estudios filológicos pude hacerle más complejo. Conocí el término nomens parlans, que quiere decir que el nombre designa la identidad del personaje; así, Víctor van Ghoul vendría a significar “Victoria de los Demonios”, lo que ayudó a que permaneciera parte de la idea original. También la importancia de otros elementos que aportan relevancia, como el color. En su caso, el verde lorquiano. Es muerte y, como recoge Halle, veneno; el mismo que inocula a la manzana, igual que hizo la Reina Malvada —me refiero sobre todo a la versión original, con sus respectivos tres intentos de asesinato—. Sin embargo, también esperanza, pues en las ocasiones que demuestra su lado humano, lanza el mensaje que todavía hay cabida para el perdón y la salvación de su alma, que puede llegar a arrepentirse. Eso lo dejo en manos del lector.
Además, es un personaje de difícil acceso. A mí me ha costado muchas veces entenderlo, pues es el tipo que se acaba escapando del control del autor y acaba sobrepasándolo. Es un Frankestein y Moriarty porque innova en la ciencia de su mundo, trayendo cosas que nos resultan familiares, como el tren a vapor, la luz de gas en las calles de Rocaoscura o la educación universal o derechos sociales, al tiempo que se combina su faceta de confabulador, estratega y hechicero y luchador incansable por conseguir sus ideales, un retorcido Alonso Quijano.
Es, en definitiva, enigmático, un rompecabezas literario que invita a explorar su mente inescrutable. Uno nunca sabe a ciencia cierta qué tiene en mente. Puede intuirlo por sus conversaciones con Bianca o Azul, y ya. Sin embargo, pienso que donde más se descubre quién es, su naturaleza, aunque cueste en una primera lectura, es en el único capítulo en el que él aparece como protagonista y tiene su nombre: el último
¿Qué aspectos de la historia de Blancanieves y otros cuentos de hadas clásicos cuestionas o subviertes en tu novela?
No son pocos los elementos que cambian en mi versión, pues abordo realidades como la identidad de género, el empoderamiento y la orientación sexual, así como cuestionar los conceptos clásicos del bien y el mal, como ocurre en obras como Wicked, memorias de una bruja mala.
Entre los protagonistas hay uno abiertamente trans, el cual, según quién lo lea, se sentirá identificado pues no solo busca encontrarse a sí misme, sino su espacio en el vasto Vórtice. O Bianca, que la conocemos como Blancanieves, que es una princesa bondadosa y luchadora, dispuesta a escuchar y prestar una mano amiga. O al Hada Azul cuya personalidad obedece al criterio de una mentalidad distinta a la que se esperaría de un hada madrina.
Specullum, el Esclavo del Espejo, es también bastante fascinante. Es mucho más de lo que aparenta. ¡Algo se entrevé en el libro! ¡Más detalles, en el siguiente!
¿Cuál fue tu proceso creativo al escribir esta primera aventura de la saga? ¿Cómo equilibraste la familiaridad de los cuentos de hadas con tu propia visión y creatividad?
Es el mismo proceso que aplico a toda mi producción literaria y he comentado alguna que otra vez en mi cuenta de X, aunque le seguiré llamando Twitter —¡seguidme, que contesto siempre, en @Ale_Miranda94 o en mi cuenta de Instagram @glendeoz!—: se me ocurre la idea, comienzo a hacer el borrador o boceto en mi cuaderno, de un color específico porque cada historia se merece el suyo propio, y así da inicio la exploración. Trabajo distintos puntos de vista antes de comenzar a escribir, pero lo primero que dejo bien claro es el inicio y el final y cómo se va a articular. De lo contrario, es un caos y no lo considero un trabajo bien hecho.
Así que empecé investigando todo lo que tenía a mi alcance: las costumbres, ropas y modales del siglo XIX europeo, mitología grecorromana y judeocristiana para la creación de las leyendas y mitos vorticianos, historia universal para la gestación de la del planeta, las motivaciones individuales de los protagonistas… Y así conseguí establecer dos edades universales, siendo la segunda la que corresponde a los sucesos que ocurren en la época de Víctor.
Equilibrar la familiaridad de los cuentos de hadas con mi propia visión fue relativamente fácil, ya que en mi cabeza no paraba de hacerme preguntas y cuestionarme cosas. Además, he contado con un enorme y gran apoyo que me ha ayudado a ver cosas que no me planteaba, por lo que parte del reconocimiento se lo merece él también. Es mi Drake Mazapán —¡ya veréis quién es!— y es con quien estoy construyendo mi happy ending.
¿Qué importancia tiene el tema de la venganza en la historia de Víctor y cómo lo exploras a lo largo de la trama?
Es IMPORTANTÍSIMO. Es LA motivación. Está en toda la novela porque es el motor de la historia, ya que es lo que le obsesiona, aunque al principio se muestre reticente a cometerla. Y no solo le afecta a él, sino a todo su alrededor: el Bosque Azul, los habitantes de Rocaoscura, su amistad con las dos únicas hechiceras que quedan en todo Vórtice…
¿Cómo abordas la construcción de personajes en tu novela, especialmente en lo que respecta a los roles tradicionales de los cuentos de hadas?
Los cuentos de hadas responden a patrones culturales y sociales conservadores, en el que el mensaje siempre es el mismo. Esto lo explica mucho mejor Propp o Zipes en sus análisis de cuentos; pero, en resumidas cuentas, siempre encontramos la misoginia interiorizada por parte de las mujeres que quieren destrozarse mutuamente o cuya única aspiración es un matrimonio ventajoso, mientras que cuando el protagonismo es llevado por ellos pueden ir de aventuras por el ancho mundo.
Creo que mi esencia a la hora de abordar estas categorías literarias tan marcadas dentro de los comportamientos fijados de estos personajes es reflejar la complejidad del comportamiento humano y adaptarlos de acuerdo a la sensibilidad actual.
Quizá, al menos para mí, la mejor manera es brindarles a cada uno de los componentes activos una voz y por eso recurro a la del narrador múltiple. A la hora de iniciar el viaje de dos formas diferentes: seguir una ruta tradicional o explorar los capítulos de cada uno de manera independiente antes de converger en el capítulo final y el epílogo consecuente. Esta arquitectura favorece la libertad de sumergirse en la historia desde diferentes ángulos y profundizar en sus arcos de manera más detallada antes de llegar al clímax.
Por último, los personajes que vamos a encontrar son figuras fuertes, empoderadas y líderes, con matices de acuerdo con sus personalidades y que expresarán contradicciones en algunos casos. Un ejemplo para mí es de uno de los coprotagonistas, uno de los siete enanos que acompañan a Bianca. Él es el claro ejemplo del machismo recalcitrante que observamos en la sociedad contemporánea y aprende a que esta actitud no es correcta, si bien comprobarán los lectores y lectoras que determinadas actitudes, como esta, a veces resurgen o cuesta quitarlas.
¿Qué esperas que los lectores experimenten o aprendan después de leer Víctor: La venganza de la Reina Malvada?
Espero que les llegue y compartan conmigo sus opiniones, ¡adoro recibir el feedback y siga creciendo nuestra comunidad de victorianos! Disfruten, se emocionen, amen, odien y opinen de la obra. Aprendan a que no todas las brujas son malas ni las hadas, buenas. Confíen en sus instintos en los momentos más difíciles y que siempre tienen opciones, así como ocurre con ciertas maldiciones de Vórtice: la voluntad tiene la última palabra, como la vida misma.
Para finalizar ¿algo que quieras decir?
Quiero decir, de todo corazón, que ha sido un honor y placer dar inicio a esta entrevista y a todos quienes nos lean o escuchen. Daros las gracias por darme el espacio para compartir una historia que merece ser contada y conocida.
Y añadiría dos cosas más: ¡victorianos, sed pacientes, que el segundo libro voy tan rápido como puedo con los procesos de corrección, ilustración y maquetación!
A los que vais a embarcaros en esta aventura, ¡Víctor es vuestra novela! ¡Vórtice os está esperando para que descubráis sus sorpresas! Si tenéis amigos que se llamen Víctor o Victoria, como en La Novia Cadáver, y no sabéis qué regalarles, ¡esta es también la oportunidad!
Quienes lo compréis en persona en lugar de en Amazon, ¡os podéis hacer con un marcapáginas de uno de los seis personajes a vuestra elección!
¡Espero veros en el Parque del Alamillo, Sevilla, el 11 de mayo!
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