Entrevista Juan Bauty

¿Cuándo sentiste el impulso de tener que escribir?

Desde muy pequeño (a eso de los seis años). Tuve que escribir un cuento para el colegio y ese fue el primer gusanillo. A partir de ahí ya lo haría por placer y seguí escribiendo cuentos y guionizando mis propios cómics autoeditados.

Dedicado a la ilustración de obras infantiles ¿Cuándo decides escribir e ilustrar tus propias obras?

Fue una suma de cosas; estaba un poco cansado del poco crédito que obtenía como ilustrador por cuenta ajena (los libros infantiles se compran, casi siempre, gracias a los dibujos, pero rara vez se reconoce la labor e importancia del ilustrador, salvo que sea muy famoso; el resto somos considerados meros “adornadores de textos”), y decidí invertir ese (poco o mucho) talento en mis propios libros. Así que a mi edad ya “madura” decidí que ya era el momento de recuperar aquellas historias que llevaban bullendo en mi mente desde hacía años y convertirlas en realidad.

¿Eres más dibujante que escritor?

He tenido etapas en que he sido más una cosa que otra. Quiero pensar que ahora soy las dos cosas por igual. Incluso diría que, hoy por hoy, soy más escritor que dibujante, porque dedico muchísimas más horas al año a escribir que a dibujar (y, curiosamente, ahora se me conoce más por ser escritor que por ser ilustrador).

¿Qué pretendes transmitir con tus novelas?

Con las novelas cumplo un sueño de infancia y juventud, que era ser director de cine. El cine me apasiona, pero hacerlo no está a mi alcance, así que con mis libros realizo mis propias “películas” escritas. Quiero transmitir, pues, esa magia especial que sentía al leer libros y ver películas de jovencito. Por eso hay tanto componente nostálgico en mis novelas.

¿Tienes alguna anécdota de tus primeros pasos como dibujante o escritor que quieras compartir con nosotros?

Como escritor, mi anécdota favorita es cuando un papá me escribió diciéndome que a su hijo le había dado tanto miedo “Paranoid Kids” que no pudo seguir leyendo. Su hijo era quizás demasiado pequeño para ese libro (es para mayores de 12 años), pero reconozco que me lo tomé como un cumplido, ya que mi objetivo era ese, provocar miedo en sus lectores más jóvenes (un miedo sano, tampoco traumático, claro). De niño me encantaba el terror y sé que a los chavales les sigue encantando probarse a sí mismos con el terror.

¿Qué te hizo convertirte en ilustrador? ¿Prefieres ilustrar obras infantiles que la imagen de pesadillas oscuras o ambas te apasionan?

Una de las muchas cosas que quería ser “de mayor” cuando era niño, era dibujante en los estudios Disney. Me fascinaban las películas de Walt Disney, así que, durante unos años, mi sueño fue poder llegar a dibujar en los Estudios Disney.

Hoy por hoy, prefiero dibujar cosas más juveniles o adultas, en sintonía con mis libros, que están dirigidos casi todos a un público adolescente y adulto.

¿Qué fue lo que te resultó más complicado a la hora de escribir tus tres novelas?

De mi primer libro, lo más complicado fue enfrentarme a mi primer proyecto literario (tras muchos años siendo “conocido” solo como ilustrador y, por lo tanto, el enorme complejo de “impostor” que sientes al dar ese paso), así como el titánico reto de terminarlo y no dejarlo a mitad y olvidarlo en un cajón, como hice con tantas otras cosas en el pasado.
De las siguientes, el reto de mejorar en mi prosa, y el no repetirme (pero, a la vez, seguir ofreciendo lo que se espera de mí…).

¿Cómo ves tu futuro en el ámbito literario?

Lo desconozco por completo. Hace ya un tiempo (desde la pandemia) que prefiero pensar en el presente, disfrutarlo y vivirlo… y el futuro ya llegará cuando tenga que llegar.
Quiero pensar que me irá bien, tengo mis metas e ilusiones de futuro, claro, y ojalá llegue un día en que pueda vivir de mis libros… pero prefiero ir poco a poco y disfrutar del viaje.

Sabemos que tienes un proyecto entre manos ¿puedes adelantarnos algo?

Actualmente estoy trabajando en la segunda parte de “Paranoid Kids”, que la publicaré en septiembre. Es todo un reto porque es la primera vez que me enfrento a una secuela y la presión por no decepcionar y sorprender es mucha. Al igual que la primera entrega, cuenta una aventura autoconclusiva que se puede leer de manera independiente, pero teje muchos hilos con el primer libro y con el tercero (que llegará en un par de años).

Para finalizar ¿algo que nos quieras decir?

Animar a cualquier persona que le guste escribir, tenga la edad que tenga, que dé el paso y escriba, que nunca es tarde para hacerlo. Además, hoy día con la autopublicación (en Amazon o en otras plataformas), es más fácil que nunca. Que lo intenten, cuanto menos, que no les quede esa espinita clavada. Yo me lancé con 46 años (ahora tengo 48) y no puedo estar más contento de haberlo hecho.

Y daros las gracias por vuestro interés y por brindarme este escaparate para dar a conocer mi trabajo. Muchísimas gracias y un fuerte abrazo.

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