Entrevista Óscar M. Antón

Oscar Antón, disfrutaba reescribir las películas que veía de pequeño, como una manera de cambiar la parte de la historia que no le gustaba. Prefiere escribir sobre terror y horror, sin embargo, es fanático de los musicales. La escritura para este escritor es una herramienta de desahogo cuando hay sentimientos encontrados, mucho estrés y alguna tristeza que dejar atrás. Entre sus libros podemos encontrar Reflejo mortal y La mansión de los juguetes.

Háblanos de ti, ¿de dónde te viene la afición de escribir?

La afición por escribir me viene, de cuando era pequeño. Cuando veía una película y había cosas que pensaba que no encajaban, escribía la película, en plan resumen añadiéndoles esos arreglos que yo consideraba. Solo era un crio, no me lo tengáis en cuenta (risas).

¿Cuál es tu género favorito?

Mi genero favorito, y con el que más disfruto, es el terror. También me gusta mucho el horror, pero también me encantan los musicales.

Acabas de sacar un libro nuevo… ¿Qué tal la acogida?

Pues muy buena acogida, me he llevado una grata sorpresa al ver que mi libro está en tantos hogares en tan poco tiempo. Me siento muy afortunado.

¿Qué cosas buenas y malas te ha aportado la escritura?

Las cosas buenas que me trajo la escritura es el haber conocido a tantas personas que son geniales, que antes jamás habría conocido de otro modo, otra cosa buena que me trajo es el desahogo, cuando he tenido un mal día, la escritura me ayudó a llevarlo mejor. Me ha quitado tanto el estrés, como alguna tristeza. La única cosa mala que me trae la escritura es acabar con una historia, con la que disfruto escribiéndola.

Estamos al tanto de que tienes una web… ¿Qué nos puedes contar de esta?

En mi web Oscar M. Anton puedes encontrar muchos de mis relatos que escribo y comparto, pueden leerse de forma gratuita y limpia de spam.

También tengo una sección en donde hay libros de escritores noveles y autopublicados que puedes comprar, y una sección en la que entrevisto a creadores de contenido y escritores de todos los géneros. Vamos, yo creo que está completita. (risas).

¿Qué le dirías a quien está empezando?

Que disfrute con lo que está haciendo, eso es lo que verdaderamente importa. Que no lo haga solo por dinero o ganar fama, no, que disfrute y no escuche a nadie.

¿Qué es lo que te resulta más difícil a la hora de escribir?

Ponerme de acuerdo con mi horario laboral. (risas).

¿Tienes algún proyecto entre manos?

¿Uno? (risas) Tengo tres proyectos, aun es pronto para hablar de ellos, pero os aseguro que son historias muy, muy aterradoras, pero me decanto con una, Noctis, esa, va a dar mucho de que hablar.

Sabemos que tienes experiencia escribiendo relatos, desde aquí te lanzamos el reto de escribir uno en el que utilices estas cinco palabras: desternillante, lavadora, goteante, anillo y Navidad.

Me parece todo tan desternillante. Se acercan las navidades y quiero regalarle a mi novia un anillo, y pedirle matrimonio el día 24 de diciembre. Pero no sé cual regalarle. Oh, vaya, aquí veo uno hermoso; es de oro blanco, con un rojo diamante incrustado.  Perfecto, será este cual le regale.

He pagado una cuantiosa suma, pero el amor no tiene precio, y ver su cara de emoción, no está pagado. Acabo de llegar a mi puerta y veo algo extraño. Parece ser que han forzado la cerradura, tengo que entrar rápidamente.
─Cariño ¿Estas en casa?
Parece que no está, pero hoy me dijo que no iba a salir.
─Cariño, ya he llegado.
Sigue sin responder a mi llamada. Estoy escuchando la lavadora centrifugar muy fuerte, voy a ver que le ocurre…
─ ¿Qué ha ocurrido aquí? La encimera de la cocina está cubierta de… Parece que se derramó una botella de vino tinto, pero no, reconozco el vino, y esto, no es vino, sino sangre.
─Cariño…esta bien…
Agacho la mirada hacía la lavadora y veo un enorme manchurrón de sangre. Voy a pararla rápidamente, a mi cuerpo le corroe un enorme nerviosismo mientras la abro…Es entonces cuando veo el cuerpo de mi novia…descuartizado dentro de la lavadora.
─ ¿Qué…coño?
“inconsciente”
No me puedo mover, alguien me golpeó la cabeza y caí al suelo, pero no recuerdo nada más. Giro mi cabeza y reconozco mi habitación, pero no reconozco a la persona que está justo enfrente de mi armario.
─ ¿Quién eres? ─Le pregunto, pero no me contesta.
Tiene una sierra en su mano… ¡No! Por favor…para…No.

Y para finalizar, ¿hay algo que nos quieras decir?

Por supuesto que sí. Para despedirme quiero agradecerte enormemente esta entrevista, y agradecer a la persona que la está leyendo en este momento. Muchas gracias, de verdad.

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