¿Quién te muestra el camino hacia el arte de escribir?
Con respecto a personas, nadie. Lo que hace escribir es el amor que siempre he tenido por la lectura y lo que me hace sentir cuando estoy dando vida a personajes que en realidad no existían. Leer libros de autores o autoras conocidas hace que quiera llegar a escribir con tanta pasión como ellos, y que me esfuerce aún más por llegar a eso, pero con mi esencia. Por lo que se podría decir que son los escritores los que me muestran ese camino.
¿Quiénes son tus autores favoritos?
En realidad, no tengo, aunque hay algunos que los leo y siento en seguida una gran conexión y hace que con la primera página ya esté enganchada. Uno de esos autores es Javier Ruescas, que su pluma hace que sea algo muy fácil y bonito.
¿Escribes para desahogar episodios de tu vida?
Hace unos años cuando empecé sí que lo hacía por eso. Cuando escribía sentía que podía desconectar de mi mundo y crear uno completamente diferente, igual peor que el mío, o mejor, para yo envidiarlo. Pero llegó un punto en el que me di cuenta de que no lo hacía por desahogarme, sino que me sentía muy bien haciéndolo, estuviese yo bien o mal, era algo que amaba hacer, independientemente de mi alrededor. Ahí descubrí que realmente amaba escribir.
¿Nora ha estado cerca de ti en la vida real?
Sí y no.
Es decir, todo lo que ella ha vivido a mí no me ha pasado ni de lejos, ha sido todo ficción. Pero sí que es verdad que algunos rasgos de su personalidad sí que han estado cerca de la vida real.
¿Las heridas imborrables de las que hablas en la novela tienen que ver con esos dos fallecimientos?
Sí, Nora tiene heridas que están creadas por distintas cosas, pero algunas sí que son por esos dos fallecimientos. Al final, la gente se va, pero siempre nos dejan algo con nosotros que hace que no podamos olvidar, convirtiéndolo en cicatrices, que para bien o para mal, nunca se irán. Y eso es lo que le pasa a la protagonista, que ha vivido por muchas cosas que han hecho que ella no pueda pasar por alto ni olvidar, convirtiéndose en heridas imborrables, que pueden curarse, pero no borrarse.
¿Qué tipo de narrador te consideras en tu novela “Heridas imborrables”?
El libro está narrado en primera persona por nuestra protagonista, aunque hay capítulos en los que es Ethan, otro de los protagonistas, el que narra. Por lo que en todo momento se puede saber lo que piensa y siente Nora.
¿Hay algo que no hayas contado de Nora en tu libro?
Ciertamente no. Todo lo que se tiene que saber se explica en su momento, y la mayoría de las cosas que han marcado a Nora y que condiciona su presente se sabe, por lo que está todo contado.
¿Consideras que tu historia le otorga un aspecto negativo al amor?
Al fin y al cabo, todo depende del punto de vista. En “Heridas imborrables” se habla del maltrato psicológico, pero también se habla de otro tipo de amor, del de la amistad y el familiar. Y ese sí que le tiene Nora. Por lo que no, no le otorga un aspecto negativo, sino todo lo contrario, habla del verdadero amor, ese que todos debemos buscar y al que debemos aspirar.
¿Cuál es el mensaje que quieres darle a tus lectores con la novela “Heridas imborrables?
Que de todo se puede salir, y aunque habrá momentos en los que se piense que el mundo se te cae encima y no puedes avanzar, siempre se puede. Siempre hay alguien a nuestro alrededor, ya sea un familiar, amigo, pareja, quien sea, que nos va a querer ayudar a salir adelante ye estará dispuesto a escucharnos y apoyarnos.
Con este libro quiero que la gente sea consciente de la salud mental, de la importancia que tiene y lo esencial que es la ayuda psicológica.
Por último ¿algo que nos quieras decir?
Podéis encontrar este libro en Amazon, Amazon Kindle y Kindle unlimited. Y tengo otro libro que estoy subiendo de forma gratuita en la plataforma “Wattpad”, lo podéis encontrar poniendo: Luna en el infierno, Andrea Maroz.
Muchas gracias por la oportunidad y espero que os guste el libro si lo leéis.