Entrevista a Jonás Ramírez
- ¿Qué te inspiró a escribir «Tres Tristes Tigres Lloraban…» y cómo se te ocurrió mezclar una trama de secuestro con elementos sobrenaturales?
- El título de la novela es intrigante y evocador. ¿Qué simbolismo o significado tiene en relación con la historia?
- La protagonista, Beatriz, y sus amigos se encuentran en una situación extremadamente peligrosa. ¿Cómo desarrollaste estos personajes y sus dinámicas para hacer que sus experiencias se sintieran auténticas?
- La intervención de una elitista secta añade una capa de complejidad a la trama. ¿Qué quisiste explorar sobre el poder y la crueldad a través de esta secta?
- La novela introduce fuerzas sobrenaturales durante una macabra ceremonia. ¿Qué papel juegan estos elementos sobrenaturales en el desarrollo de la historia y de los personajes?
- ¿Cómo investigaste o te documentaste para construir la trama de una organización criminal y una secta elitista?
- ¿Qué desafíos enfrentaste al escribir una historia que combina thriller, drama juvenil y elementos sobrenaturales?
- ¿Cómo desarrollaste el equilibrio entre las situaciones realistas y los elementos fantásticos para mantener la coherencia narrativa?
- ¿Qué mensaje o reflexión esperas que los lectores se lleven después de leer «Tres Tristes Tigres Lloraban…»?
- Para finalizar, ¿algo que quieras decir?
¿Qué te inspiró a escribir «Tres Tristes Tigres Lloraban…» y cómo se te ocurrió mezclar una trama de secuestro con elementos sobrenaturales?
Desde hace bastante tiempo tenía claro, a grandes rasgos, acerca de lo que quería escribir. Esta novela es una más del buen puñado de historias que me gustaría ver convertidas en un libro algún día. Cuando estaba terminando «Siete Islas», mi primer libro, empecé a valorar cuál podría ser el siguiente, y «Tres Tristes Tigres Lloraban…» cobraba cada vez más fuerza.
Cuando finalmente publiqué «Siete Islas» en junio de 2022, sucedió algo que hizo que finalmente me decidiera por esta historia en concreto. Me sentía muy satisfecho de una escena en particular que ocurre hacia la mitad de «Siete Islas». Es un pasaje corto, pero muy intenso, en el que en el transcurso de una llamada telefónica un exmiembro de las fuerzas de seguridad del Estado menciona de pasada un caso llamado «Tres Tristes Tigres». Cada vez que releía esa escena, se me hacía más evidente que me brindaba una excelente oportunidad para usar dicho caso como hilo conductor de una segunda novela, completamente independiente, eso sí, de «Siete Islas».
El título de la novela es intrigante y evocador. ¿Qué simbolismo o significado tiene en relación con la historia?
«Tres Tristes Tigres» es el nombre de un misterioso caso, casi una leyenda urbana, del Ministerio de Defensa. Un secreto susurrado a voces a lo largo de los años. Fascina a muchas personas que darían lo que fuera por conocer los detalles del caso. Otras, en cambio, preferirían que se mantuviera siempre en secreto ante las posibles implicaciones y consecuencias.
Quiénes, o qué, son los «Tres Tristes Tigres», y el motivo por el que estaban llorando, es algo que se explica en la novela, y que el lector deberá descubrir por sí mismo.
La protagonista, Beatriz, y sus amigos se encuentran en una situación extremadamente peligrosa. ¿Cómo desarrollaste estos personajes y sus dinámicas para hacer que sus experiencias se sintieran auténticas?
Mientras escribía, me preocupé mucho por la elección de mis lectores cero o, más bien dicho, las lectoras cero. Quería que los personajes femeninos, y su manera de relacionarse entre ellas, en particular Beatriz y Estíbaliz, fueran en todo momento creíbles. El personaje de Roberto me preocupaba menos porque creía que le podría dar un toque más personal desde una perspectiva masculina.
Yo tenía constancia de que algunas de mis lectoras cero tenían mucha sensibilidad con ciertos y delicados temas que se tratan en la novela, y les preguntaba constantemente qué les hacía sentir lo que sucedía en la historia, si se sentían identificadas con las protagonistas, y si las conversaciones, o los comportamientos de Beatriz, Estíbaliz, y Roberto, se les antojaba natural.
El libro empieza ambientado en el Levante español de los años 90, y también me preocupé por mantener la coherencia interna con el tipo de lenguaje que se usaba, o la música que era popular en aquel momento.
La intervención de una elitista secta añade una capa de complejidad a la trama. ¿Qué quisiste explorar sobre el poder y la crueldad a través de esta secta?
Se suele decir que el ser humano es capaz de lo mejor y lo peor. Nuestro libre albedrío, nuestras elecciones personales, nos permiten crear belleza capaz de emocionar los sentidos, y al mismo tiempo cometer actos horribles que producen repulsa. Con frecuencia pienso en lo increíble que resulta el contraste existente entre ambos extremos: la crueldad y falta de empatía que pueden llegar a mostrar algunos individuos, y el amor desinteresado y el sacrificio, más allá del bienestar propio, que pueden sentir otras personas por sus seres queridos.
Creo que este libro intenta explorar ambos extremos. La corrupción del poder absoluto (y la predisposición de muchos a corromperse por alcanzar dicho poder), y, en contraposición, el amor absoluto y liberador.
La novela introduce fuerzas sobrenaturales durante una macabra ceremonia. ¿Qué papel juegan estos elementos sobrenaturales en el desarrollo de la historia y de los personajes?
El factor sobrenatural posee un papel muy prominente a lo largo de toda la novela. Lo que se puede leer en la sinopsis es solo el inicio, la puesta en escena. Una vez que aparecen esas misteriosas fuerzas, mantienen en vilo a los protagonistas hasta casi la última página. Nadie sabe a ciencia cierta cuáles son sus intenciones reales, qué poder poseen, y hasta qué punto pueden llegar a interferir con nuestro mundo. Hasta el final, claro está, cuando… ¡Pero mejor leedlo y descubridlo por vuestra cuenta!
¿Cómo investigaste o te documentaste para construir la trama de una organización criminal y una secta elitista?
En la entradilla de la novela escribo: «Esta es una historia de ficción. Todo lo que aquí se relata es fruto de la imaginación del autor. La realidad siempre acaba superando a la ficción». Y es algo en lo que creo a ciencia cierta.
Por desgracia, no hace falta escarbar demasiado para encontrar casos parecidos a los que relato en «Tres Tristes Tigres Lloraban…». Hay uno en concreto, ocurrido en España a principios de los años 90, que me inspiró directamente para escribir el libro (aunque las similitudes entre ambos terminan en cuanto los protagonistas caen en manos de la organización criminal).
Es probable que cualquier persona que esté leyendo esto, de más de 40 años, y que estuviera en España en los años 90 sepa inmediatamente del caso al que hago referencia, ya que se trata de un suceso que fue muy mediático, sobre el que corrieron ríos de tinta, y que afectó mucho a la conciencia colectiva del país. Yo contaba con 16 años cuando sucedió, y también me afectó mucho a nivel personal. He querido que esta historia fuera un pequeño homenaje a las víctimas de aquel trágico evento.
¿Qué desafíos enfrentaste al escribir una historia que combina thriller, drama juvenil y elementos sobrenaturales?
El primer tercio del libro es muy emocional y fue el que me resultó más difícil de escribir. En particular, cuando alcancé el capítulo en el que la secta lleva a cabo la peculiar ceremonia que menciono en la sinopsis, sufrí un bloqueo escritor que duró varias semanas. Había situaciones que se me antojaba difícil escribirlas. Como si al hacerlo les estuviera otorgando realidad, vida. Pero, una vez superado ese punto, fue como si se deshiciera un nudo en mi interior, y todo fue mucho más fácil. Incluso, los últimos capítulos vieron la luz a una velocidad vertiginosa, ya que sentía una necesidad imperiosa de avanzar y casi no podía parar de escribir.
Es curioso, porque varios de mis lectores cero me hicieron comentarios similares acerca de cómo esos primeros capítulos les habían puesto las emociones a flor de piel, y como su imaginación, el temor a lo que le pudiera suceder a los protagonistas en los sucesivos capítulos, les llegaba a provocar un cosquilleo en el estómago. Pero después, pasado ese punto crítico, la historia se les antojaba muy adictiva y pedían continuamente más material, nuevos capítulos, para ver cómo se resolvía finalmente la trama.
¿Cómo desarrollaste el equilibrio entre las situaciones realistas y los elementos fantásticos para mantener la coherencia narrativa?
A pesar de que en mis dos libros el elemento sobrenatural y fantástico está muy presente, intento que el peso de la narración lo lleven las situaciones realistas. En ambas novelas me he basado mucho en mis propias experiencias personales, y las personas cercanas que me conocen bien pueden dar fe de ello.
Muchas de las situaciones cotidianas que suceden en «Tres Tristes Tigres Lloraban…» son aspectos del día a día en los que cualquier persona se puede ver reflejada. Y, en particular, muchas de las escenas de la segunda mitad de la novela están extraídas directamente de experiencias personales. A partir de ahí, resulta bastante sencillo intercalar los aspectos fantásticos —y también la trama policial y de novela negra—, sin poner en riesgo la coherencia narrativa, ya que existe una base sólida de realidad que hace que la historia sea completamente creíble.
¿Qué mensaje o reflexión esperas que los lectores se lleven después de leer «Tres Tristes Tigres Lloraban…»?
Con este libro he querido transmitir un mensaje de esperanza. Aunque también creo que cada lector podrá hacer una interpretación diferente acerca de si el libro acaba bien o acaba mal.
Para mí, el mensaje se podría reducir a cómo enfrentamos nuestros miedos, tanto los reales como los imaginarios. El miedo es una emoción muy paralizante, y con frecuencia (aunque no siempre) lo pasamos peor al imaginar lo que creemos que va a pasar, que con lo que acaba sucediendo finalmente. Muchas veces somos nosotros quienes otorgamos poder a aquello que tememos.
Para finalizar, ¿algo que quieras decir?
«Tres Tristes Tigres Lloraban…» es una novela completamente independiente y con un final cerrado. Con todo, disfruté mucho, mientras escribía, introduciendo varios guiños a mi primera novela, «Siete Islas», lo que enriquece la experiencia de los lectores que ya conozcan el libro.
Además, en «Tres Tristes Tigres Lloraban…» también he aprovechado para esconder varias referencias de lo que pretendo que sea mi tercera novela. De este modo, aunque sean historias completamente independientes, y para nada sea un requisito haber leído una u otra para entender las demás, se complementan entre ellas, mejorando la lectura. Las novelas quedan entrelazadas, pero los protagonistas, los escenarios, las situaciones y los tiempos en que suceden son diferentes.
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