Entrevista Rocío Martínez

¿Qué te llevó a recopilar tus escritos dispersos, desde libretas y diarios personales, en un solo libro de poemas?

Siempre he sido un poco desastre y desordenada, he perdido escritos, poemas, canciones compuestas por mí… y la verdad es que es una pena. Cuando me di cuenta de que escribir se había vuelto un hábito recurrente, animada por mis amigos y familia, decidí empezar a recopilarlo todo para evitar que se traspapelase. Al hacerlo me di cuenta de que todo seguía una estructura bastante coherente y tirando de todo ello salió mi primer poemario.

La "hora azul" parece tener un significado especial para ti; ¿cómo influye este momento del día en la inspiración y la creación de tus poemas?

Siempre he tendido a acostarme bastante tarde. Soy una persona con un cronotipo más nocturno y era en ese momento tardío en la madrugada es cuando el silencio me permitía escribir mejor y sin interrupciones. También es cierto que, debido a un trastorno de ansiedad que sufrí hace años, me desvelaba muchísimo por la noche, siempre a la misma hora y para mí era muy terapéutico escribir. Al final me di cuenta de que gran parte de esos poemas se habían escrito en esa hora azul, así que me pareció un título perfecto para el libro.

El título está inspirado en la película de Éric Rohmer; ¿qué elementos de esa obra cinematográfica te resonaron al punto de inspirar tu propio trabajo poético?

El entorno rural y sereno, la fotografía, la ambientación, lo cotidiano, la naturaleza. Nada más empezarla me di cuenta de que era una película muy de mi estilo y la escena de la hora azul, me pareció simplemente mágica.

En la primera parte del libro hablas de nostalgias y añoranzas; ¿por qué sentiste que era importante comenzar por esos sentimientos en este viaje poético?

Sencillamente, quería que el libro siguiese un orden cronológico, me parecía oportuno empezar hablando sobre los que ya no están. Mis raíces, mis ancestros, esos versos para fantasmas y todo lo que pasó antes de que yo naciera antes de empezar con mis propias vivencias. Son la base y los cimientos sobre la que yo he podido edificarme como persona. Sin ellos yo no estaría ni habría escrito este libro.

¿Cómo lograste plasmar en tus poemas la belleza en la ausencia de lo que ya no está, tanto en personas como en experiencias?

A través de lo que otros han dejado. Las historias que me han contado en mi familia sobre las personas que estuvieron antes que yo, cómo fueron de duras sus vidas, qué les enseñaron, por qué fueron importantes. Al final, todas esas personas me han hecho biológicamente posible hoy y creo que merecen que les recuerde y que les inmortalice en mi poesía. Me da pena cómo hoy en día hay jóvenes que ni siquiera saben qué oficio tenía su abuelo o cuáles sus raíces. No digo que haya que hacerlo en todos los casos (sobre todo si no ha habido una buena relación u otros motivos) pero creo que es bonito recordar y mantener en la memoria a nuestros ancestros y no olvidarnos nunca de dónde venimos. Pero, en resumen, para plasmar la mayoría de las ausencias he tirado de anécdotas, de recuerdos, de nostalgia, de fotografías antiguas, de objetos y de todas aquellas cosas que me recuerdan los tiempos pasados.

La salud mental es un tema central en la segunda parte de la obra; ¿qué papel juega la poesía para ti como herramienta de sanación o expresión emocional?

Para mí en el tema de la salud mental, la poesía es algo crucial. En mis peores momentos de ansiedad, cuando he sufrido ataques de pánico y pensaba que me iba a morir, escribir fue algo muy sanador y necesario para mí. Me permitía soltar todo lo que se me estaba pasando por la cabeza hasta que todo volvía a la normalidad.

¿Qué desafíos encontraste al transformar momentos intensos de angustia en versos poéticos que puedan conectar con el lector?

Realmente no tuve que pensarlo mucho. Quería que este libro fuese muy crudo, muy real, como yo. Hay poemas que los escribí en genuinos momentos de malestar y angustia y no he querido reescribir ni retocar nada porque quería que todo fuese lo más genuino posible, no he querido autocensurarme. Me he desnudado mucho en este libro, así que tal vez el mayor desafío es la vulnerabilidad a la que te expones publicando algo tan personal.

Mencionas la presencia de "forcejeos" en tus escritos; ¿cómo manejaste la dualidad entre la lucha interna y la aceptación a través de la poesía?

Sí, la segunda parte son mis forcejos. Quise, ya que estaba atravesando por una etapa difícil, dejar plasmado todo el proceso. Desde que todo es oscuridad y parece que nunca va a volver a amanecer, hasta que poco a poco llega la hora azul y tras ella de nuevo el día. Mi intención es que la gente que lo lea pueda ver cómo es posible sacarse a uno mismo de la oscuridad, aunque por momentos parezca completamente imposible y también normalizar que está bien pedir ayuda y que hablar de salud mental deje de ser un tabú.

¿Qué esperas que los lectores sientan o comprendan tras recorrer las luces y sombras de tu experiencia vital, especialmente al llegar al final del libro?

Espero que sea un libro de reconexión con las raíces, con el origen, con la esencia. Que también sea un camino hacia la vulnerabilidad que todos tenemos y que no siempre mostramos por la sociedad en la que vivimos, que no nos lo permite. Ser vistos como “débiles” es algo negativo y que no gusta. Nos ponemos una coraza y aparentamos ser lo que no somos, la verdad es que creo que vivir así es muy cansado. Yo espero que la gente pueda reconocer eso y encontrar dentro de mi libro un sentido, un propósito, un refugio en los tiempos difíciles. Espero que en mis versos abracen su humanidad con todo lo que esta conlleva.

Para finalizar ¿algo que quieras comentar?

Que la poesía siga siendo un lugar al que acudir, un lugar donde la belleza y la fealdad del mundo puedan expresarse libremente y sirvan siempre para un bien. Como dijo Gabriel Celaya, la poesía es un arma cargada de futuro. A parte de eso, Jesús, simplemente darte las gracias por este espacio y por esta entrevista tan enriquecedora.

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